El ADN de José Andrés Hernández es de servir al prójimo
El empresario José Andrés Hernández siempre ha sido un hombre de fe y ahora Dios le ha puesto un nuevo reto, de buscar la silla edilicia de San Salvador Centro, que engloba a los aún municipios de Ayutuxtepeque, Mejicanos, San Salvador, Ciudad Delgado y Cuscatancingo, desde donde podrá seguir con la misión de ayudar a las personas que viven en lugares vulnerables y en extrema pobreza.
La característica de ser un hombre de servicio la heredó de sus padres, que fueron los que le inculcaron a temprana edad, que tenía que servir a sus semejantes sin importar el color de piel, creencia religiosa, inclinación política, si era rico o pobre. Lo tendría que hacer en el momento indicado en que la persona necesitaba de su ayuda.
Por muchos años, Andrés, observó a sus padres que pudieron ayudar a personas desde el ámbito empresarial y siempre las circunstancias se lo permitieran, porque siempre estuvieron listos en servir a la comunidad y ese es el ADN que le motiva a seguir los pasos de sus padres.
“Lo que uno ve es lo que replica y el servicio es el ejemplo que me dieron mis padres. Yo solo continúo con el legado de lo que ellos siempre nos inculcaron: Poder ayudar y servir a nuestros prójimos”, recalcó Hernández, al ser preguntado sobre su vocación de altruismo.
Salir a la calle no ha sido únicamente para distribuir los variados productos que desde hace casi 60 años, como empresa de embutidos fabrican, sino también, para buscar a quienes pueden ayudar o servir en el momento indicado.
En su nuevo reto le toca visitar diferentes comunidades del país, para apoyar y sumarse a suplir sus necesidades, teniendo como misión impulsar el desarrollo humano, económico y social de El Salvador. En ese sentido, se ha destacado por liderar diversos programas de emprendimiento que al final generan oportunidades de empleo.
José Andrés Hernández comprende la importancia de esos programas, debido a que proviene de un sector que busca crear oportunidades laborales y por ello a generando 320 empleos directos, que al final se traducen en miles de empleos indirectos y con lo cual se logra el concepto de justicia social.
Indiscutiblemente, él ha hecho valer el significado de servir a los demás, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de cientos de personas. La responsabilidad que asume al servir lleva a muchos a encontrar fuerza en la debilidad y a enfrentar condiciones adversas de la mejor manera posible.
Esto se evidencia en cada una de las situaciones que el país ha enfrentado en los últimos 50 años, comenzando por conflictos armados, delincuencia común, extorsiones, pandemias y desastres naturales.
Aunque se diga fácil, es aquí donde también los valores enseñados cobran fuerza y haber sido criado en un ambiente de fe, se fortalece en esos momentos grises de la vida.
Para José Andrés, los retos han sido muchos y han llegado por diferentes caminos
De ahí que comparte, que lo económico puede desestabilizar a cualquiera y peor en el ámbito empresarial, donde el capital juega un papel clave y ha sido determinante en algunos momentos para seguir y renovarse.
En una de sus experiencias más impactantes para sobrevivir como empresa, José Andrés Hernández comparte que la globalización del mercado ha sido dura y cruel a la vez, por la desigualdad en temas de competitividad y el favoritismo hacia algunos sectores a cambio de protección y el sacrificio de sectores pequeños y medianos, como el que representan, fue la regla por mucho tiempo.
De ahí que el Tratado de Libre Comercio (TLC) con México los puso a competir con transnacionales sin haber creado condiciones para acceder a materias primas, resultando en que más del 80% del mercado quedara en manos de las transnacionales.
En la hoja de vida se detalla, que José Andrés Hernández incursionó en la política, y en su primer intento fue concejal del municipio de Mejicanos, posteriormente esa experiencia lo llevó a la Asamblea Legislativa.
Si bien para algunos la política es un servicio a la comunidad, para otros es una profesión para vivir de ella con una buena retribución económica, pero José Andrés Hernández tuvo claro por su formación, fortalecida en principios y valores, honrando a Dios con su trabajo, manteniendo la ética y, sobre todo, trabajando para el beneficio de las mayorías, por lo que en su gestión legislativa se reflejó esos elementos.
Del 2018 al 2021 marcó la diferencia y su función pública estuvo al servicio de las personas, actuando con rectitud y transparencia. Además de haber renunciado a privilegios, asegura que pudo ejecutar con recursos propios obras de beneficio para su municipio y llegar a sectores para reparar una calle, limpiar zonas, fumigar, dar asistencia médica y de salud, entre otras acciones, fue posible.
En política y en los negocios, muchos creen que la fe no cabe, que no existe relación, pero José Andrés Hernández es la prueba viviente de que sí existe. “Él (Dios) siempre colocó ángeles que me apoyaban”, aseguró y dijo que tiene claro que se ha hecho lo que Dios ha permitido hacer, pero que aún hace falta mucho por hacer.
Él cree que debemos ser los arquitectos en la construcción de un nuevo modelo económico, fundamentado en principios y valores cristianos, un modelo que sea incluyente, no excluyente, y que permita de manera acelerada y sostenida la transformación del 80% de la población económicamente activa.
Sostiene la idea de que se debe apostar a la generación de empleos, apoyar a los emprendedores, a los micro, pequeños y medianos empresarios, sobre todo cuando estos son mujeres, madres solteras, jefas de hogar, que con su trabajo dinamizan su propia economía y la de El Salvador.
“Se tiene que crear un modelo que respalde a estos sectores vulnerables con incentivos suficientes, de manera que logren realizar sus sueños en este país, sin tener que emigrar a otros lugares, contribuyendo así a mejorar sus ingresos y su nivel de vida”, explicó Hernández y recordó un pasaje bíblico: “Pero el ángel del Señor vino por segunda vez, y tocándolo, le dijo: Levántate y come, porque si no el viaje sería demasiado largo para ti y aún tenemos camino por recorrer”.