Autoridades estadounidenses admiten que se negó traslado de emergencia a niña migrante con 40 grados de fiebre en Texas
La enfermera practicante y el médico de la sede de la Patrulla Fronteriza no consultaron con la pediatra de guardia los padecimientos de la menor, pese a su grave estado y falleció el 17 de mayo.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, en inglés) admitió que la niña migrante panameña Anadith Tanay Reyes Álvarez, de ocho años, tuvo fiebre de máxima de 40.5 grados C, necesitó asistencia en repetidas ocasiones y no fue trasladada a ningún hospital el 16 de mayo, un día antes de su muerte. La menor se encontraba bajo custodia de las autoridades fronterizas en Harlingen, Texas.
El avance de la investigación indica que entre el 14 y 17 de mayo, Mabel Álvarez Benedicks acudió con su hija para que recibiera asistencia médica con los delegados de la sede al menos en nueve ocasiones por presentar síntomas de fiebre, gripe y tos. De acuerdo con sus denuncias, a través de medios de comunicación local, suplicó a los responsables para que movilizaran a la niña a una clínica, pero le fue negado el derecho.
Solo el 17 de mayo, Álvares presentó dolor de estómago, náuseas y dificultad para respirar, pero no fue hasta la cuarta vez que el personal de CBP decidió enviarla de emergencia en una ambulancia.
La enfermera practicante que atendió a la niña ese día informó que controló la frecuencia cardíaca y la saturación de oxígeno en la sangre con un oxímetro de pulso durante cada visita con resultados normales, y administró ondansetrón (Zofran) para las náuseas a eso de las 9:30 de la mañana; también aceptó que «rechazó tres o cuatro solicitudes de la madre para que llamaran a una ambulancia o para que la llevaran al hospital», revelan en el documento.
A las 10:30 de la mañana, otro médico entregó a la practicante los documentos de sus padecimientos y tabletas de ácido fólico de propiedad de la familia.
Aproximadamente a la 1:55 de la tarde, poco después de su cuarta visita con la enfermera, Benedicks regresó a la unidad con la niña en brazos, quien ya estaba convulsionando. «Poco después, la niña dejó de responder y el personal médico solicitó servicios médicos de emergencia e inició resucitación cardiopulmonar», se lee en el escrito.
El personal de South Texas Emergency Care llegó a la sede en Harlingen a las 2:07 de la tarde y se hicieron cargo de los esfuerzos para salvar su vida. Con los intentos fallidos, la niña y su madre fueron trasladadas por separado Valley Baptist Medical Center en Harlingen, donde el personal la declaró muerta a las 2:50 de la tarde.
La Oficina de Responsabilidad Profesional (OPR) de CBP aceptó que nadie contactó al personal médico o personal de la Patrulla Fronteriza en la estación de Harlingen, que la enfermera y el médico que estaban en esa ocasión tampoco consultaron con una pediatra de guardia sobre la condición de la niña migrante, aunque tenían conocimiento de que padecía de anemia de células falciformes o tenía antecedentes de enfermedad cardíaca congénita.
También descartaron documentar los encuentros médicos, intervenciones antipiréticas de emergencia y administraciones de medicamentos. Y que tampoco funcionaban las cámaras de videovigilancia por reparaciones desde el 13 de abril.