Tráfico de personas obliga a Patrulla Fronteriza a reforzar dispositivos de seguridad
La Patrulla Fronteriza se mantiene activa en el muro en el sur de Texas y en Valle del río Grande, ante la operación de las redes de tráfico de migrantes.
Debido a la operación de traficantes de personas y cárteles en McAllen, que marcan las rutas migratorias irregulares para llegar a Estados Unidos, la Patrulla Fronteriza mantiene un reforzado dispositivo de seguridad en el muro en el sur de Texas y en Valle del Río Grande. Los patrullajes los hacen en cielo, tierra y agua.
Antes de llegar a la infraestructura de cemento y hierro de 30 pies de altura, los migrantes deben tratar de sobrevivir al río Grande, que tiene una profundidad de hasta 40 pies y que se encuentra a solo 2 millas del muro.
Las autoridades en McAllen aseguran que los traficantes de personas exponen a niños, jóvenes, adultos y familias, a cruzar zonas extremadamente peligrosas y que muchas veces solo los abandonan en la orilla del río, sin importar las condiciones físicas de los migrantes después de un largo recorrido por México.
Según la Patrulla Fronteriza, los traficantes buscan sectores boscosos donde puedan movilizar hasta 100 personas para burlar las estrategias de seguridad. En el trayecto de este caudal se encuentran ropa, zapatos, flotadores y viñetas de colores que los traficantes asignan a sus víctimas en el recorrido.
A través de la vigilancia de 45 embarcaciones y el despliegue de más de 100 agentes en 54 millas del río, la Patrulla Fronteriza detiene a un promedio de 300 personas a diario. Aunque la cifra ha disminuido en comparación con años anteriores en los que se reportaba hasta 2,000 migrantes retenidos. La agencia exhortó a la población a no poner en riesgo su vida.
Las ciudades que conectan con el río Grande son Mission, Texas; y Reynosa, en México.
Uno de los oficiales, que prefirió mantenerse en anonimato, compartió con “Diario El Salvador” que los traficantes también se hacen pasar por pescadores, cuando en realidad trabajan con la red para notificar el momento idóneo de pasar a un grupo de migrantes.
Debido a la operación de traficantes de personas y cárteles en McAllen, que marcan las rutas migratorias irregulares para llegar a Estados Unidos, la Patrulla Fronteriza mantiene un reforzado dispositivo de seguridad en el muro en el sur de Texas y en Valle del Río Grande. Los patrullajes los hacen en cielo, tierra y agua.
Antes de llegar a la infraestructura de cemento y hierro de 30 pies de altura, los migrantes deben tratar de sobrevivir al río Grande, que tiene una profundidad de hasta 40 pies y que se encuentra a solo 2 millas del muro.
Las autoridades en McAllen aseguran que los traficantes de personas exponen a niños, jóvenes, adultos y familias, a cruzar zonas extremadamente peligrosas y que muchas veces solo los abandonan en la orilla del río, sin importar las condiciones físicas de los migrantes después de un largo recorrido por México.
Según la Patrulla Fronteriza, los traficantes buscan sectores boscosos donde puedan movilizar hasta 100 personas para burlar las estrategias de seguridad. En el trayecto de este caudal se encuentran ropa, zapatos, flotadores y viñetas de colores que los traficantes asignan a sus víctimas en el recorrido.
A través de la vigilancia de 45 embarcaciones y el despliegue de más de 100 agentes en 54 millas del río, la Patrulla Fronteriza detiene a un promedio de 300 personas a diario. Aunque la cifra ha disminuido en comparación con años anteriores en los que se reportaba hasta 2,000 migrantes retenidos. La agencia exhortó a la población a no poner en riesgo su vida.
Las ciudades que conectan con el río Grande son Mission, Texas; y Reynosa, en México.
Uno de los oficiales, que prefirió mantenerse en anonimato, compartió con “Diario El Salvador” que los traficantes también se hacen pasar por pescadores, cuando en realidad trabajan con la red para notificar el momento idóneo de pasar a un grupo de migrantes.